Wednesday, September 2, 2009

LAS LECCIONES DE STAR WARS, DARTH VADER Y EL SOCIALISMO por Cristian

Autor: Cristián
Pais: Chile
Blog: http://www.cuidadoporquienvotas.blogspot.com
LAS LECCIONES DE STAR WARS, DARTH VADER Y EL SOCIALISMO
Hacia el final del Episodio III de Star Wars, La Venganza del Sith,
asistimos al épico duelo final entre Anakin Skywalker, ya miembro de las
fuerzas del lado oscuro y del mal, contra su antiguo maestro Obi Wan Kenobi,
uno de los últimos Jedi sobrevivientes y representante del bien. La batalla
singular se desarrolla en los inhóspitos parajes volcánicos del planeta
Mustafar, ocasión en la que finalmente Anakin cae derrotado al suelo y luego
a la lava que lo quema y desfigura horriblemente.
Obi Wan Kenobi, imaginando que la derrota del nuevo Lord Sith es ya un hecho
consumado y definitivo, lo abandona en estado agonizante a un costado del
lago de lava, sin darte un tiro de gracia, confiado en su próxima muerte y
en que ya no causará, por lo tanto, más daño a la Galaxia. Pero he aquí el
grave error de Kenobi. Las fuerzas del lado oscuro , enviadas por Lord
Sidious, rescatan al moribundo Anakin del lago de lava y, tras un notable
esfuerzo de cirugía reconstructiva, lo salvan y transforman en el poderoso
Darth Vader, tapando sus quemaduras con su máscara negra. Y lo entregan
listo para seguir haciendo el mal. Y su presencia causará mucha muerte y
destrucción a la República en los siguientes 3 capitulos.
No me cabe duda que George Lucas, al crear la historia de Star Wars, no debe
haber pensado en la similitud que este desenlace tendría con la historia
universal reciente. Si se analiza, las lecciones no aprendidas se repiten
lastimosamente.

1989 fue para el mundo occidental y libre una fecha histórica, de alegría,
triunfo y alivio tremendos. Durante ese año, uno tras otro fueron cayendo,
como fichas de dominó, los regímenes comunistas que habían asolado, durante
40 años, a la Europa del Este. Los mismos aparentemente indestructibles y
férreos regimenes socialistas, impuestos todos con la fuerza de las armas,
defendidos por temibles millares de misiles con ojivas nucleares apuntando
directamente a las ciudades occidentales, al parecer indestructibles de no
ser por una catástrofe nuclear global, demostraron ser sólo gigantes con
pies de barro. Y lo más significativo fue que su caida fue motivada por la
reacción espontánea y decidida del pueblo, de la propia gente de dichos
paises, quienes, tras años de hastío, decidieron superar el miedo y el temor
que había sido la base de tan larga sumisión. Y así como exactamente 200
años antes, en un hito histórico celebrado una y otra vez, el pueblo francés
se tomaba la Bastilla como rechazo a un régimen, el 9 de noviembre de 1989,
fue el pueblo alemán el que, armado de martillos y picotas destruyó piedra a
piedra el odiado símbolo del Muro de Berlín que dividía artificialmente la
ciudad; muro erigido por el anfitrión de Bachelet, Erich Honecker. La
destrucción del muro era la destrucción y el rechazo definitivo no sólo a
una muralla de piedra, sino que a todo un sistema opresivo, maligno y
fracasado.


Pero, ¿qué pasó tras el desahogo inicial (completado épicamente en Rumania
con el fusilamiento popular del dictador comunista Ceaucescu) y la sensación
de victoria?
Al igual que el episodio de Anakin y Obi Wen Kenobi, el Occidente vencedor
dejó al moribundo socialismo al lado del lago de lava, esperando que muriera
por sus propios medios. No se insistió en informar ni dar a conocer
masivamente los horrores que tantos años produjo el socialismo en esas
naciones, algunos de los cuales recién se comenzaban a conocer.
No hubo una especie de Nuremberg para asegurarse de que el mundo, conocedor
de tanto drama, no repitiera jamás dichos experimentos sociales ni fuera
engañado nunca más por esa doctrina, tal como se hizo frente al nazismo. No
hubo una descomunización, tal como si ocurrió una activa desnazización
global, posterior a su derrota definitiva.
No se analogó la palabra socialismo al fracaso, a la pobreza, a la falta de
libertad, a la violación sistemática de los derechos humanos, como se hizo,
por ejemplo, con el nazismo y su exterminio selectivo. Occidente optó por
dar vuelta la página, perdonar y olvidar (acción que el socialismo
desconoce) , dejar morir naturalmente esta ideología que, se suponía,
ninguna mente inteligente desearía volver a experimentar, suponiendo que por
una intuición natural suplantaría la falta de información, advertencia y
publicidad acerca de sus daños.

Olvidar y perdonar que, siendo una muy cristiana actitud para quien la
manifiesta, pone en peligro al resto de la sociedad al condenarla a la
ignorancia pública acerca del mal.
Pero, tal como en Star Wars, la ideología no murió en la lava. Fue
oportunamente rescatada, maquillada y fortalecida para hacer más daño aun
del que antes había hecho. Como señaló magistralmente Oriana Fallaci, "el
comunismo salió por la puerta, pero inmediatamente volvió a entrar por la
ventana"
Salió por la puerta grande, expuesta a todas las miradas (caida del Muro de
Berlín), y reingresó oculta por la ventana , disfrazada de progresismo.
Estratégicamente ya no era adecuado insistir en términos tales como "lucha
de clases", "dictadura del proletariado", "via armada al socialismo", a esa
altura muy desacreditados . No se trataba de insistir en los viejos sloganes
que con tanto entusiasmo se voceaban en los 60, que ahora sonaban
anacrónicos y -por el momento- inapropiados , pero eso no significaba dejar
de elevar a la categoría de idolos a gente como el Che Guevara, apoyado por
un merchandasing que lo hiciera atractivo ante la masa, pero por cierto sin
nombrar siquiera el contenido asesino de su discurso, el cual era
conveniente ocultar sutilmente del conocimiento público. Bastaba con decir
que era un luchador idealista, manteniendo debidamente guardado su mensaje
de odio diabólico; lo mismo Allende, bastaba con llamarlo un "demócrata" ,
ocultando cuidadosamente los atropellos deliberados que su gobierno hizo a
la democracia y que hicieron a su gobierno ser declarado ilegal e
inconstitucional por los otros dos poderes del Estado.
Siguiendo ahora ya no más a Lenin, sino que a Gramsci, el esfuerzo se
trasladó a algo más sutil pero más efectivo: infiltrar la sociedad, sus
ambitos intelectuales, artisticos y valóricos, y destruír los dos grandes
obstáculos que este diabólico pensador veía para la instauración del
marxismo universal: la Iglesia Católica y la familia. Y en eso estamos, y le
ha ido bien, sin duda.
Lo primero lo han logrado en gran parte, en especial en Latinoamérica
gracias a sacerdotes ignorantes de los principios de la fe y a través de la
nefasta Teología de la Liberación: ya el objetivo básico de la fe para
muchos católicos no es obtener la salvación eterna, sino que derrotar la
pobreza en este mundo. Lo segundo, a través de la embestida valórica, que
estimula la rebeldía de los hijos, el divorcio, la falta de límites a los
hijos, la pildora del dia después y el aborto como soluciones cortoplacistas
que dejan una huella indeleble en el alma, los matrimonios homosexuales
(callejones sin salida para la familia), la aceptación de la convivencia en
lugar del matrimonio, etc.
Lo peor es que hay mucha gente que no cree, que no se ha dado aun cuenta de
cómo el comunismo se infiltra lenta y casi imperceptiblemente en la sociedad
actual, tal como lo haria un gas venenoso inodoro e insipido, cuyos efectos
letales se observan cuando los sentidos están tan embotados que ya no pueden
reaccionar. Los primeros en intoxicarse serán, sin duda, aquéllos que creen
que esta tendencia polìtica ya no existe en el mundo.
Ignoran que el mal en el mundo sólo acabará tras el Armagedón.

LA FRAGILIDAD DE LA DEMOCRACIA

Angélica Mora

Los países de América Latina están de nuevo experimentando un cambio visible en la corriente del electorado que elige sus poderes públicos, especialmente el Ejecutivo.
Los ciclos se combinan, en la medida en que el pueblo se desencanta con los hombres y mujeres que eligieron como Presidentes e incumplieron sus promesas, hechas en el frenesí de las campañas electorales.
Los períodos se suceden con la desilusión de los ciudadanos, quienes ven en el día de la votación una especie de venganza en la pieza de papel donde consignan su voto.
La ola izquierdista que barrió hace poco los gobiernos de derecha -que poco hicieron para satisfacer al pueblo- está hoy dando paso a una nueva tendencia moderadora en el gusto del electorado, cansado de la palabrería barata y atemorizado ante los regímenes rojos, que tienen su madraza en Cuba.
En el pasado reciente, El Club de los Dictadores fue sumando presidentes de América Latina gracias a los encendidos discursos de odio y acusaciones contra los pasados gobiernos y a las falsas promesas en juramentos de cualquier índole, con tal de tomar el poder.
EL FACTOR CHÁVEZ
Fue así como bastó que uno llegara a la Cima, para transformar la región en una pesadilla.
El arribo de Hugo Chávez a la Presidencia por los votos hace una década, fue como un cáncer que se extendió imparable por casi toda América Latina.
Comenzó con la injerencia y la ayuda sin límites del ex golpista venezolano, que con medios económicos y logísticos aconsejado por el régimen de La Habana, aupó a otros candidatos izquierdistas en campañas y plataformas electorales para hacerlos saltar de allí a los sillones presidenciales.
El ejemplo más subjetivo es recordar "El Caso del Maletín" en Argentina, en la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.
A través de resquicios y fallas en las Cartas Magnas estos gobiernos han desmantelado las libertades de sus respectivos países.
Para ello, han incorporado para sí los otros poderes y los han acondicionado a sus propios designios para no soltar el dominio adquirido.
Simplemente, los presidentes han pasado a ser dictadores.
Sin embargo, esa fuerza de cataclismo ha sido contraproducente y ha producido un alud insospechado que sus miembros no se lo esperaban.
Hay desencanto. El Eje Caracas-La Habana, el Socialismo del Siglo 21 y su aplicación en sus satélites ya no atraen a las masas y hoy sólo la fuerza mantiene a sus principales personajes en el poder.
Los dictadores más acérrimos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, no soltarán prenda y sólo una “revolución dentro de la revolución” puede salvar a esas naciones de que sus gobiernos sean infinitos.
Son “Regímenes autoritarios que han barrido con todo vestigio de democracia y la han echado debajo de la alfombra, acomodándose arriba el Hombre Fuerte, quien reinará hasta que se muera.
Y ni eso librará a sus ciudadanos de su "maleficio rojo", porque siempre habrá un Raúl Castro nombrado como sucesor para que continúe, sin pensar siquiera el régimen en consultar con el pueblo.
Para estas naciones de gobiernos autoritarios, volver a la democracia real será una lucha frontal y sin cuartel -con todo en su contra- que puede desembocar tristemente en guerras civiles.
El resto de América Latina ha visto ese “peligro rojo y sus estrategias” y ha tratado de taponear la entrada a sus respectivos gobiernos eligiendo líderes moderados de centro izquierda, como Brasil.
Panamá buscó a un empresario como presidente y ahora Chile, que tiene eleccciones dentro de tres meses, muestra una clara tendencia a volver a escoger un mandatario derechista.
Honduras es el mejor ejemplo de este despertar a la razón de los pueblos.
Y es que la amarga lección ofrecida por el despótico Hugo Chávez como Jefe de Estado ha sido como un balde de agua fría en las conciencias del electorado, que no quiere repetir la triste experiencia de Cuba y Venezuela ni en la peor de sus pesadillas.

* Angélica Mora, periodista chilena, analista del portal La Nueva Cuba. Trabajó como jefa de corresponsales en Radio Martí.
Creó y dirigió el programa "Ventana a Cuba" en La Voz de América, VOA.
Periodista en varios medios de prensa hablada y escrita en Chile y Venezuela.
En Venezuela, fue presentadora y estuvo destacada ante el Congreso y el Palacio de Miraflores por Radio Caracas Televisión, RCTV. Fue periodista en el Diario El Nacional de Caracas.
En Estados Unidos fue corresponsal para RCTV y el Diario El Nacional. En 1984 recibió la condecoración Andrés Bello otorgada por el gobierno de Venezuela.
Hoy tiene dos blogs
Apuntes de una Periodista
http://angelicamorabeals.blogspot.com
y
Sucede Ahora
http://angelicamorabeals2.blogspot.com
Blogs que son reproducidos en varios portales y sitios en Internet de Europa, América Latina y Estados Unidos.

Nosotros y nadie más.

Guillermo González Arce
Cubano residente en España.

Blog: Asere cubano

http://aserecubano.blogspot.com/


Nosotros los cubanos y nadie más somos los responsables absolutos de la situación en Cuba, hay muchas formas de hacer oposición, desde tirarte a la calle y manifestarte abiertamente en contra de la dictadura, hasta convertirte en un apático crónico y no asistir a cuanta actividad convoque los voceros de la dictadura, las dos variantes valen y son autenticas manifestaciones de lucha.

Tan importante es el que hace una pintada como el que de forma anónima opina de la situación en la isla en un blog, lo primordial es centrarnos en cómo lograr la libertad apartando valoraciones de si este es mejor y aquel no, un granito de oposición diario hará una gran masa, capaz de aplastar al peor de los dictadores.

Somos nosotros, los que no ostentamos ningún poder, los que tenemos que allanar el camino para crear la suficiente confianza, en aquellos que desde su cargo o posición puedan echar un pulso a la camarilla gobernante, darle esa seguridad del apoyo masivo, de que esta vez no pasara lo del Maleconazo, esta vez la masa humana crecerá y se multiplicara en minutos, y no podrá ser reducida por los esbirros pistola en mano.

El exilio tiene un papel muy importante y a día de hoy trabajan sin descanso para lograr allanar el camino de la libertad en Cuba, esto al margen de otro sector de exiliados, los que piensan egoístamente que la remesa familiar y la pacotilla es lo más importante, es su perspectiva de la situación y hay que respetarlos, hay que trabajar por la libertad desde una visión plural, pero a la vez no podemos ceder un paso ante los reclamos de los verdaderos responsables del sufrimiento cubano, esto no es más que la reciprocidad que se merecen todos los que sustentan y dirigen la dictadura cubana, nunca han oído a nadie, han desestimado infinidad de propuestas auténticamente cívicas y ausentes de rencor y odio. No es hora de oírlos a ellos tampoco.

Otro papel importante lo tiene el movimiento bloguero cubano, para nadie es desconocido que a día de hoy muchos altos cargos cubanos y a nivel mundial pulsan la opinión pública a través de blogs y canales RSS, cada vez se leen menos periódicos, creo que las nuevas tecnologías han venido en nuestro caso a suplantar la antigua pintada de“Abajo Fidel” en cualquier esquina de la geografía cubana, ahora la pintada es digital y lleva más fuerza, debido a la dimensión global que alcanza el mensaje en segundos.

Mi llamado en esta ponencia es claro, publica tu post cubano, aunque no sepas escribir, aunque desconozcas la técnica literaria, escribe, no pares, exprésate gráficamente, una foto a veces vale por mil palabras, no te desanimes ante la ausencia de comentarios, ya te comentaran un día y si no lo hicieran, disfruta tu mismo de tu deber cumplido para con la patria, tu denuncia tiene un valor incalculable para lograr la tan ansiada libertad de Cuba.

Esta es una lucha de nosotros, ni Obama, ni la Unión Europea podrán ser protagonistas, los protagonistas tenemos que ser los cubanos, es hora de sacar del sufrimiento de las cárceles a nuestros presos políticos, es hora de plantar cara a todos los que apoyan a los que desgobiernan la isla. Tenemos que evitar a toda costa que nuestro país se siga desgastando, no nos conformemos por llorar mañana a un país difunto, salvémoslo ahora que agoniza en manos de nuestros verdugos.

MI BLOG

Por: Iliana Curra
Miami. Florida
http://lacurradecuba.blogspot.com/

Desde hace algunos años me dedico a escribir para diferentes páginas en la Internet. He escrito artículos cortos y medianos, en dependencia del tema. He logrado sacar de mis adentros resentimientos guardados de épocas muy difíciles, he podido hacer entender a muchos lo que significa el encierro, sentir la humedad, vivir en penumbra, tener sed, tener hambre, el temor de lo desconocido y la amargura que provoca la injusticia.

Algunos de mis escritos son anécdotas, otros son marcados con la fantasía de un cuento, pero a la vez no son más que la realidad de un país donde impera una dictadura militar férrea en la que tuve que nacer y padecer.

Luego, un buen día, decidí hacer mi blog personal, lo llamé con mi apellido recordando que mucha gente en Cuba me llamaba: “La Curra”, y fue entonces que nació La Curra de Cuba, con quien me encariño cada día y lo concibo como un niño que crece y crece cada vez que argumento una idea, escribo mi opinión o me defiendo de las críticas. Esto solo existe en la democracia, y es por eso que me encanta.

Para mi el blog es más que un entretenimiento, es una trinchera de donde lucho también por la causa de la libertad. De haber otras condiciones con relación a Cuba, estaría en una trinchera real con un fusil en plena guerra contra los comunistas que se han apoderado de mi patria, pero me ha tocado una etapa entre la pasividad y el desencanto, viendo cómo pasan los años y el cubano pierde valores, se deteriora física y espiritualmente. Viendo cómo el mundo, indiferente, ignorante y cómplice no hace nada a favor de los sometidos. Los tiempos de la Sudáfrica del apartheid quedaron atrás. Ahora no importa que en Cuba haya discriminación, fusilamientos, presos políticos, opositores pateados y un pueblo hambriento de libertad y de comida. Son ya 50 años y 9 meses. Sí, lo cuento de esta forma para qué vean la realidad en la práctica. Más de medio siglo y el mundo sigue impasible.

Es por eso que en mi blog escribo todo lo relacionado con Cuba, y me importa poco ser monotemática u obsesiva con el tema: es mi blog y para eso lo trabajo.

Tampoco me interesan los premios, no es parte de mi identidad con el blog. No lo trabajo para ganar premios, aunque creo que son bonitos o agradables para otros. Los felicito, pero a mí realmente no me hacen sentir nada. No estoy compitiendo, y esto es algo que quería escribir en algún momento. Así que aprovecho esta ponencia para decirlo. Bueno, creo que realmente es mi primera ponencia. Menos mal que no estamos compitiendo tampoco, me siento más libre de decir lo que quiero.

Y es que es así como me gusta hacer las cosas: sin rivalizar, ni apostar, ni aventurarme a coger un primer, segundo, tercer o el último lugar. Prefiero escribir libremente lo que deseo. Casi puedo decir que escribo para mí, sin megalomanías ni individualismo. Sin presiones, ni revisiones excesivas que me extinguen los deseos de sentarme ante el teclado. Sin soberbias, ni ruidos.

Así de simple acabo de escribir ésta, mi primera ponencia. Si les gusta, comenten. Pero si no les gusta, también, por favor. No se inhiban.

AVISO