Saturday, October 10, 2009

MAMBISAS

Ana Betancout

Autor: Ivan Curra

http://politicamenteicorrecto.blogspot.com/

Cada 10 de octubre conmemoramos los cubanos el grito más alto de rebelión por nuestra independencia, desde hace 141 años los cubanos recordamos y rendimos tributo a los grandes próceres de nuestra primera guerra por la libertad. Sin Céspedes, sin Agramonte, sin Perucho Figueredo, sin Sanguily, sin Martí y sin esa pléyade luminosa que abarca ambas grandes guerras del siglo XIX no se puede hablar de historia de Cuba.
Pero deslumbrados ante la descomunal estatura moral de estos caballeros, cegados por ese brillo incandescente de sus figuras e historias, a veces no vemos a quienes hicieron posible su trabajo, a esas grandes mujeres que al lado de sus maridos, sus hijos, sus nietos, sus hermanos, regaron con su sangre maravillosa la sagrada tierra de Cuba. A ellas quiero yo rendirles hoy tributo.
Cuando repasamos la historia de Cuba hoy, muchas veces lo hacemos desde la comodidad de nuestra biblioteca, en la sala de nuestra casa, sentados en un sillón contándoles a nuestros vástagos aquellas proezas; pero pongámonos por un minuto solamente en la piel de aquella época y sintamos lo que ellos y les aseguro que si visualizan bién, comenzarán a sudar frio. La bella manigua cubana es bella en fotos, pero la manigua cubana es terrible de vivir, llena de mosquitos, de lagunas insalubres de millares de insectos, de un calor espantoso, de una amplitud interminable, imposible de caminar sin machete en mano, además sumémosle estar perseguidos por un ejercito feroz de soldados y oficiales dispuestos a matarte sin contemplaciones. El Ejercito Mambí no era más que grupos de guerrillas que se convertía en ejercito por el valor de sus hombres, sin pertrechos, diezmado de enfermedades y heridos, con una impedimenta ó retaguardia que era un ancla pesadísima e imposible de abandonar a su suerte y sin la ayuda de las mujeres las tropas activas del Ejercito Libertador pronto hubiesen sido destruidas.
La mujer mambisa dejó de ser la docil ama de casa del siglo XIX, dejó de ser el adorno bello de la casa y se convirtió en el depósito de valor de ese ejercito, encargada de curar los heridos, de organizar el soporte de tropas, de transmitir órdenes como correos y salvaguardar las familias de los mambises frente a la crueldad de los españoles y los guerrilleros cubanos al servicio de España.
Vemos a la mujer como ese ser que inspira ternura, amor, vemos a la mujer como esa mitad del ser humano que calma con su dulzura el desespero del hombre ante las dificultades de la vida, ese bálsamo bendito sin el cual nos es muy dificil vivir; sin dejar de ser todo eso, se convirtió la mujer en la inspiración patriotica del hombre. La mujer cubana dió el ejemplo en el fragor del combate y ¿ qué hombre se queda atrás cuando ve que a su lado cabalga como una furia una mujer machete en mano contra una columna enemiga ? Nadie se queda rezagado y menos en aquellos tiempos cuando supuestamente la mujer estaba para tejer y tener hijos. Imagínense señores, aquellos machos-remachos guiados a la batalla por alguien que hacía solo unos días bordaba, bañaba chiquillos y servía de amable anfitriona de visitas ó recitaba poesías en el café del viernes en la noche.
Se convirtieron entonces en las Damas de la Guerra, en las Musas del Machete Mambí y nunca el toque de Adeguello sonó tan dulce.
Por eso honor a esas féminas como la Comandante Mercedes Sirven Pérez-Coello, las capitanas Adela Azcuy, Ana Cruz Aguero, Rosa Ma. Castellanos, Trinidad Logomasino, Ma. de la Cruz Noriega, Luz Palomares García, Isabel Rubio Díaz quien muriera en combate, a Catalina Valdés la oficial del Ejercito Mambí más veces herida en combate y muchísimas más. Claro también a íconos que póstumamente han sido consideradas con el grado de General del Ejercito Libertador como :
- María de la Soledad Betancourt Agramonte ( Ana Betancourt ), María Magdalena Cabrales Isaac, Mariana Grajales y Bernarda del Toro Pelegrín ( Manana ).
Recuperar lo que estas mujeres inspiraron en su momento y adaptarlo a los nuevos tiempos es fundamental, porque el pueblo que siente orgullo de sus mujeres es un pueblo invencible. Mujeres, sientanse orgullosas de su pasado que es la base del presente y allá y aquí las vemos, de frente, viviendo tiempos diferentes pero de frente a una dictadura tan cruel como la hispánica; ante este tipo de mujer, señores, ante este tipo de colosos, no nos queda otra que poner rodilla en tierra y besar sus plantas.